martes, 2 de diciembre de 2008

Todo lo que necesitas

Durante una reunión familiar hablamos de mi sobrino Diego. Cuento yo todo lo que juega su abuelo con él, lo bien que se lo pasan los dos juntos. Mi padre, que es un hombre por lo general callado y reservado, no dice nada pero sonríe y asiente. Mi tío se dirige a él y le dice:
“oye...dicen que a los hijos se les quiere mucho pero que a los nietos se les quiere más, ¿es así?”
Como que te va a contestar, pienso yo, dado que mi padre es poco dado a hablar de lo que piensa y mucho menos de lo que siente y muchísimo menos delante de más de tres personas. Sonreirá, pienso yo, dirá cualquier tontería y evitará el tema.
Y es entonces cuando mi padre, ese hombre por lo general callado y reservado, dice:
“sí, es así”
Él, poco dado a hablar de lo que piensa, se manifiesta rotundo, seguro.
“ehhhh...que tu hija que soy yo está aquí”, exclamo yo, y él se ríe y dice algo de ese rollo de cariños distintos y demás excusas.
Al número dos de la lista acabo de bajar, pienso. Y en un instante vuelvo a pensar y me digo que de número dos, nada, que mi padre quiere a mi madre por encima de sus hijos. Número tres. Pero...¡un momento! ¡¡creo que mi padre quiere más a mi hermano que a mí!!. No estoy segura, pero diría que sí, lo que me sitúa en un triste número cuatro. ¿¿número cuatro?? ¡¿Yoooo? ¿su primogénita?! Y eso hasta la fecha, hasta que lleguen más nietos y pase al puesto seis, ocho, nueve...
Oh, cielos.

Un rato después, pensando algo más en serio, me pregunto en qué listas estaré yo la primera. ¿En una? ¿dos? una, sí, una...o...¿cero? Quizás no pueda pasar del lugar dos o tres.
Y en mi lista, ¿quién ocupa el primer puesto, quién después, quiénes siguen?
Tampoco está nada mal, un número dos o tres...o cuatro.
Pero, ¿y aquéllos que siempre están del seis para abajo en todas las listas? ¿y aquéllos que nunca, en ninguna, ni por un instante, han estado arriba del todo?
Y, ¿qué pasa con los puestos no correspondidos? ¿qué pasa si yo tengo a alguién en la posición seis y ese alguién me coloca a mí en la catorce o al revés? ¿Y qué se hace cuando a uno lo retienen en una lista en la que no quiere estar? ¿qué cuando tu número dos o tres decide actuar como si fuera el once o el trece?
Y algo más difícil, ¿cuándo hay que romper una lista y empezar otra nueva?

Esta tarde, riéndome con mi sobrino Diego, he pensado con felicidad que está el primero en varias listas, entre otras en la de su abuelo. El primero.
Y he recordado que yo también tuve un abuelo, y que en su lista ocupé la posición más alta, y que fui, sin dudas, sin reservas, su "Número Uno".

18 comentarios:

Arquitecturibe dijo...

El corazón de los abuelos en un campo enorme... ellos los recorren, se sentirán delices de descanzar bajo la sombra del arbol numero uno, pero iguales de felices se sentiran al descansar en la sombra del numero cien...
lindo post... muy lindo
besitos desde mi lejana galaxia

1133k dijo...

Jejeje...
Deberías encabezar la lista de personas que no van a volver a hacer un "slide"

Un besoooo

M.Eugenia dijo...

Creo que estas en muchas listas la número uno, el la mia de amigos tu tienes ese número.
Los abuelos son así,simplemente es ley de vida.A ti te ha desplazado tu sobrino, pero a tu padre lo desplazaste tu en su momento.
Me ha encantado el post, me he acordado de mis abuelos y de tu abuela.
Besistos

Anónimo dijo...

¡Que guapo! Gracias, hacia tiempo que no pensaba en mis abuelos. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Por cierto, yo en casos como estos, suelo pensar aquello de: las últimas seran las primeras.

Unknown dijo...

bien.. en esta lista mi comentario es el número seis... debería eso entristecerme. Creo que esto de los abuelos es simple, el cariño se nota más porque no tienen la preocupación de proveer esas cosas necesarias para la vida y todo lo que q los padres preocupa y ocupa. Por eso ellos, los abuelos, se dan el tiempo para ver crecer y disfrutar al nieto.
Un saludo. Aqui 10.15 de la mañana. Mañana fría.
Camarada!

senses and nonsenses dijo...

anoche me hizo daño este post. es este tiempo que me deprime mucho (y que estoy muy sensible). hoy he preferido pensar en los abuelos, en mi abuela concretamente, que estoy seguro que yo era su número1.

un abrazo.

Isa dijo...

Todo es relativo, porque cuando mi hijo se convirtió en el #1 de sus abuelos, a mi me dio tremenda alegría ser la #2. Aunque, creo que querían más a mi hermano... Jum, voy bajando en la lista!

Cristina, este es el blog #1 que visito hoy!

Anónimo dijo...

Hola Cristina, gracias por pasarte por mi “no lugar”, un sencillo blog lleno como digo siempre de palabras que me gustan. Aunque voy a tener que reflexionar en serio, con eso que escribes **Vaya punto ególatra que hay que tener para escribir un blog** ummm…ja…ja..

Tienes una página superinteresante, ya la iré viendo poco a poco, y entraré a ver las novedades.

En concreto este post, me ha encantado. Siempre intentamos ordenarlo, cuantificarlo todo en cuanto a emociones se refiere, ¿Soy la primera? ¿Cuánto me quieres? y así vamos haciendo esas listas, o nos metemos en ellas a veces si tan siquiera tener un lugar. No sé si estuve o estoy en el primer lugar de nadie, los sentimientos son mudables, son hechos en su mayor parte. El caso es “sentirse” querido, y querer.

Pero creo que dices una cosa con las que me quedo,
"¿cuándo hay que romper una lista y empezar otra nueva?" Hay que ser valiente, es muy duro.

Saludos

Unicornio dijo...

Me gustan los números. Mucho. Eso de que existan estos entes tan abstractos que nos ayudan a comprender un poco el mundo exterior y a veces hasta a predecirlo por medio de su manual de etiqueta (que los humanos conocen como "matemáticas"), es increíble.

Pero sólo son una herramienta (así como, sospecho, a veces los humanos son una herramienta para los números, jeje). De modo que no se preocupen por tener un número más o menos rimbombante en la lista de alguien (o "alguienes"). Lo verdaderamente importante es que en vuestra propia lista sean, siempre, el PRIMER número.

Y supongo que, al ser importantes y queridos para nosotros mismos, podremos amar y dar la importancia que merecen a todos nuestros seres queridos.

Entre la humanidad, a diferencia de las matemáticas formales, el amor no se divide entre más bienamados existan, sino que se multiplica.

Gracias por tu relato. Me trajode vuelta a mis queridos (y disímbolos) abuelos.

Un saludo afectuoso de parte del

matemágico Caballo con Cuerno...

1133k dijo...

Mantendré viva la llama...
No al slide!!!!!!!!!

pon dijo...

Esto es como cuando te preguntan de pequeña a quién quieres más, a papá o a mamá. O sea una pregunta trampa, en la que tu padre no ha debido sentirse muy cómodo.
En el corazón de una persona cabe amor para repartir a espuertas, y en el una madre o un padre más. Los nietos son los continuadores de la sangre, y llegan en un momento en que se puede disfrutar de ellos más que de los hijos. Pero eso no es ni más ni menos, solo de otra manera.
En el fondo lo importante es ser el primero en la propia lista. Por lo demás, si uno es el segundo o el décimocuarto, no tiene la menor importancia; porque eso solo quiere decir que os quieren a todos, da igual el orden de factores. El valor del producto no se altera jamás.

Cuquita, la Pistolera dijo...

Híjole, yo no creo en las listas. No creo en que el amor pueda medirse. No podemos saber cuántos kilos o kilómetros o kilowats de amor sentimos por una persona. Yo tengo muchos números uno, porque quiero distinto a mi pareja, a mi hermana, a mis padres, a mis abuelos, a mis amigos. A todos distinto. No, no creo en los números, ni en las listas (cuando se habla de amor).

CRISTINA dijo...

Cuquita, haces como mi padre con lo de los "cariños distintos". Yo creo firmemente en los números y por supuesto en las listas. Aunque creo más en la canción de los Beatles.
Senses, por favor, por favor, noooooo, lo último que quiero es que tú estés triste por este post o por cualquier otra cosa. Es mejor acordarse de los abuelos, sí, como dice Eugenia. Deberíamos dedicarles un post, ¿qué te parece Eugenia? Hay una historia de un abuelo y un puente...ehhhh....jajajjaaj...
Por cierto Eugenia, tienes que contarme lo de las presentaciones de fotos de Picasa, porque el 1133k está muy pesado, ya lo ves, que no le gustan mis slides ni ver y el pobre lo está pasando muy mal. 1133k, en mi lista de "cabrones del sur" estás el número uno. Y en la de cansinos de cualquier lugar.

Besos a todos. Gracias por pasar por aquí.
Y especialmente a Lluviané. Bienvenida. Es la primera vez, espero que no la última.

170651978 dijo...

Me alegro de lo de tus abuelos. Yo conocí a mis abuelas, y las recuerdo a pesar de los años. Ahora, aún siendo un niñato, pienso en lo bonito que sería darle unos nietos a mia padres.

Un beso, guapa.

M.Eugenia dijo...

Pero ....si tus slides son muy chulos... pero bueno si es para que 1133K se sienta mejor, ya te llamo y te lo cuento.
Besitos

Anónimo dijo...

Me ha gustado tu relato (pues es un relato, no por eso deja de ser cierto). Sólo con los años uno aprende cirtas cosas que es mejor responder con un SÍ contundente, o a callar; ese no estar en medio de dos posturas si no postularse por si mismos es una característica de la sabiduría. Si por esa senda va tu padre, bendito sea.

Anónimo dijo...

Tengo poco que decir sobre este tema, he visto competir entre abuelos e hijos, entre tíos y padres/madres. Nunca sabrá ese niño la cantidad de suerte que tiene con toda esa gran familia; lo sé por muchas experiencias, y muchas, muy dolorosas. Pero, que su abuelo demuestre ese amor, me parece normal.

Como siempre, muchas gracias por el post, Cosmonauta.

POSITRON

 
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