Faire comme si
Un buen fin de semana, éste pasado. También lo fue el anterior. Nada especialmente fuera de lo normal, pero muy bien.
Quizás todo se trate de éso.
De ir a ver una buena película, de tomar café en un sitio agradable. De estar con los que uno quiere, con la familia, con los mayores y los niños. Disfrutar con ellos de una buena comida y una larga sobremesa.
Puede que no haya que buscar más.
Una conversación divertida entre colegas, unas risas, una llamada de alguién que te gusta...
Sí, quizás la vida consista en buscar grandes aventuras y otras menos grandes, momentos llenos de esas pequeñas cosas de las que hablaba aquella canción. Momentos de amor, de sexo, de guiños...
Será éso.
Salir a cenar y beber vino. Y pasear de noche por una ciudad llena de luces. Y escuchar una canción y cantarla, y bailar...
Y mientras tanto, no ir más allá. No pensar en ciudades que están a oscuras.
Dejar que vayan pasando los días e ir engañando a lo que quiera que sea la vida, ganando terreno. Ignorar que todo ese terreno ganado es en realidad un camino ya perdido.
Quizás se trate tan sólo de hacerse el despistado.
Y apartar la sensación que contaba el poema, esa de “ser y no saber nada...y ser sin rumbo cierto”.
Ignorar cómo a algunos les ocupa el dolor y la desgracia. No ver, no querer ver. Ni enfermedades ni lágrimas.
Será éso, claro, será no querer enterarse, no querer saber, no querer leer aquéllo de “hoy estoy para penas solamente”...
Y, como dicen los franceses, “faire comme si”, “hacer como”.
Hacer como que no existe el miedo, ni la duda. Hacer como que se es fuerte, valiente, inmune.
Y el que pueda, hacer como si la paz y la tranquilidad fuesen posibles, la felicidad, incluso...
Faire comme si...