martes, 13 de enero de 2009

Cincuenta

Pensaba estos días en el aniversario de la Revolución Cubana, en sus ya cincuenta años de luces y tremendas sombras, pero en seguida sentía “otros cincuenta”, los cincuenta grados Centígrados de diferencia entre las temperaturas extremas de este verano en La Habana, y los casi diez bajo cero alcanzados últimamente por aquí.

Porque hace mucho frío, desde hace muchos días.
El viento intenso anunció ya hace varias semanas lo que se avecinaba. Se calmó y dejó paso a ambientes gélidos llenos de nieblas. Por la noche sólo se alcanzaba a ver el reflejo de los semáforos.
Nevó hace unos días. No tanto como la última vez, pero lo suficiente para bajar a la calle y tocar la nieve. Lo suficiente como para horas después saber que la nieve deja paso al hielo y que es imposible caminar, conducir, ir, volver.
Gerseys y chaquetas y bufandas. Botas y guantes. Y la sensación de que el aliento se congela y los huesos se encogen.

Y pensaba en Cuba. Y cuesta recordar ahora las sensaciones cálidas de aquellas tierras. No es que sea necesario ir tan lejos para sufrir el verano. Por aquí siempre hay días de cuarenta grados y semanas por encima de los treinta y cinco, pero no hay mar.
Nada es comparable con el impacto que se recibe cuando del aeropuerto “José Martí”, con un buen aire acondicionado, se sale al exterior y de repente todo el calor de Agosto cae encima, de golpe. Es un calor unido a una humedad pesada, densa, una humedad que envuelve y se mete en la piel provocando un agobio que ahoga. La ropa se pega al cuerpo, se notan los labios salados y cuesta respirar.

Qué diferente ese mes del Diciembre recién pasado o de este Enero.
Resulta muy curioso cómo el clima lo condiciona casi todo.
Qué cambio de los cafés y chocolates calientes al agua helada, los mojitos, la “cachánchara” de Trinidad o los carísimos daiquiris del “Floridita”. Qué distinto es buscar la hora de llegar a casa y envolverte en una manta en el sofá, a pasear por el “Malecón” cuando atardece.
Qué distintas las ropas, las comidas, las músicas, incluso,... las sensaciones.


Y qué distintos los colores.
Porque frente a los azules pálidos, mates, de estos días, frente a los fríos grises y al blanco, vienen a mi pensamiento los verdes intensos de la región de Matanzas, y más verdes, todas las tonalidades de verdes de los “Ingenios”, los rojos y rosas y amarillos de las casas de Cienfuegos, los azules intensos del cielo convertidos, cerca del puerto de Casilda, en un morado espectacular confundido en el mar, los vivos colores de las ropas en cualquier lugar de la isla.
Y todos, todos los colores, en la vida de la capital. Colores en sus calles, en los clásicos coches, en las músicas, en los impresionantes edificios recuperados y en las bellísimas casas tristemente en ruinas.
Hoy, desde aquí, en esta noche fría de Enero, recuerdo el calor y recuerdo los colores de la isla y especialmente todos los colores en las gentes y en cada rincón de la fascinante ciudad de La Habana.


La foto de la nieve la hizo mi hermano cerca de casa en la anterior nevada.
Las fotos de Cuba las tomé este verano.

14 comentarios:

M.Eugenia dijo...

La Revolución tuvo su momento,ahora se ha hecho mayor, está en edad de prejubilación, lo peor es que siempre pagan los mismos.
Por otra parte viendo las fotos, (todas impresionantes), sientes la calidez en el ambiente y el dinamismo de sus gentes.
Me ha encantado el post.
Besos

CRISTINA dijo...

De la Revolución tengo que escribir un post.
Mucho Sancti Espiritus y mucha Santa Clara y Sierra Maestra...y mucho museo de la Revolución como para no hablar nada del tema cumpliéndose justo ahora un aniversario tan simbólico.
Y mucho hablar con la gente también, que es lo que más me llegó. Y hablar de todo pero también hablarme, con miedo, mucho miedo, de la situación política, social... Sí, tengo que escribir un post, pero no sé...

Besos, Eugenia.
Ya me he comido todo el carbón. Y otra cosa, hoy he ido de bus en bus, que lo sepas.

Unknown dijo...

Aqui llueve desde ayer. Una lluvia fina y persistente. Zapatos mojados. Alcancé a llegar a un café donde escribo estas líneas. aqui el invierno es una simulación donde la temperatura más baja anda por los quice o diez grados centígrados. Y medio mundo anda con chamarras, sweters, rompevientos y cosas por el estilo. La ora parte está en casa padeciendo resfriados y calenturas, dolor de huesos. En mayo y abril, Cristina y no en agosto son las temperaturas encabronadas. Asíq ue te tocó cierta "benevolencia" en cuanto al clima. Lo malo es la humedad, también lo bueno porque luego altas temperaturas y poca humedad reseca la piel, los labios... Aqui creo compartimos la misma altitud de cuba con respecto al ecuador. Así que las temperaturas son mas o menos parecidas. Igual aqui el mar está a una hora en vahículo. El calor de mayo es deprimente. Pero supongo que no se puede tener todo en esta vida. ja. A mi depronto me gustaría vivir en Canadá. o en España. Moscú!!, si, Moscú estaría bien. Pero depronto eso que dices de que el día se termina a las seis o siete de la noche por el insoportable frío me hace pensar que no. Que me quedo acá en el trópico, con sus humedales, con sus calores endemoniados, con sus sopores, con sus horas pesadas e insoportables de medio día.

Un saludo
Y si, hay que hablar de la revolución. esperamos ese post.

senses and nonsenses dijo...

espero poder algún día sentir esos cincuenta grados a la sombra de calor húmeda.

sobre la revolución... la revolución es/se produce. no se estanca y, menos, se asienta X años en el poder. eso es otra cosa. pero cuéntanos, cuéntanos la re-evolución del pueblo cubano.

un abrazo, tierno y cálido.

Anónimo dijo...

Gabriel García Márquez dice que el caribe haciendo pachanga exhibe sus tragedias, ese podría ser un breve resumen de la revolución cubana. Yo también escribiré algo sobre ello, y por si hay alguna duda ¡viva la revolución! Pues hacía falta. Hoy por hoy mi concepto de la isla es otro, pero sin duda alguna a sido de vital importancia para el desarrollo de latioamérica, ya daré mis razones.

Yo estube en barcelona hace poco, y como ya conocía un poco la ciudad (¡la adoro!) lo único que tenía en la cabeza era ir a ver el mar. La gente suele creer que el mar alegra la vida de una ciudad y no es exactamente así, lo que fascina del mar es su interminable constancia, sus sucesicivo oleaje. Ante el mar no somos más que arena, solamente arena, por eso nos gusta tanto ir al mar, porque estamos viendo lo más parecido a lo grande y lo eterno, y a nuestro alcance. Ya lo decía Celaya: LAS OLAS SIEMPRE SOLAS EN UN MUNDO INDIFERENTE.

Un placer leerte chica, besos.

Anónimo dijo...

Como siempre, gracias por el post, muchísimas gracias.
Gracias por hacerme sentir de nuevo la Habana, su calor, su olor, su temperatura, sus miradas pedigüeñas, necesitadas de todo lo imprescindible, de lo que me sobra y me avergüenza, debería haber dado más por los habaneros. Gracias por recordarme el Vedado, Miraflores, la Habana antigua. Yo también pasé mucho calor, pero, daba igual, es la Habana, es Trinidad... es CUBA. Escribe sobre la revolusión, cuanto bien les hizo en su momento y que obsoleta es en estos momentos.
Con respecto al frío tengo que decir: CUANTISMO FRIO HACE, JA ME MATEN.

Muchísimos saludos cosmonauta

POSITRON

Anónimo dijo...

Alguien dijo una vez: la utopia nos sirve para seguir caminando. Y yo solo espero que en Cuba les quede mucho camino por delante.
Una recomendación musical: "Utopias" del cubano Frank Delgado.
Por otro lado ¿Qué somos ante la inmensidad del mar?
Desde este norte pegado al cantabrico, un abrazo que te de calor.
Muy guapu el post y les fotos chulisimes.

Caronte dijo...

qué envidia!!

me gustaría ir a Cuba antes de que acabase la "revolución" y la bodeguita de en medio se convierta en un Mcdonalds's

frío...y yo qué pienso en Ángel González :(

"CANCIÓN DE AMIGA

Nadie recuerda un invierno tan frío como éste.

Las calles de la ciudad son láminas de hielo.
Las ramas de los árboles están envueltas en fundas de hielo.
Las estrellas tan altas son destellos de hielo.

Helado está también mi corazón,
pero no fue en invierno.
Mi amiga,
mi dulce amiga,
aquella que me amaba,
me dice que ha dejado de quererme.

No recuerdo un invierno tan frío como éste."

Besos

170651978 dijo...

Preciosas fotos cristina. Me alegra que no hagas caso a 1133K!! ;-)

Me encantará escuchar tu vision politico-social de aquel lugar, tu que has estado.

Bsillo.

Arquitecturibe dijo...

Hmmmm hablabamos sobre Cuba, sus pros y sus contras con mi amigo Cesar.,.... que diferente estilo de vida... no se si mejor o peor... solo diferente
besitos desde mi lejana galaxia

M.Eugenia dijo...

Hoy a las 6 de mañana marcaba el termómeto del coche 6 bajo cero...espero que no se te congelen las ideas y pronto nos escribas de la revolución.
Besos

senses and nonsenses dijo...

me encanta que te encante lee marvin cantando la estrella errante. una conexión más. te contesto en el post, un poquito.

besos.

/ dijo...

Muy bueno el post, esas comparaciones que son antípodas, las relatás de una manera increíble. Felicitaciones.

Un abrazo.

CRISTINA dijo...

Kowalski, bienvenido a este blog. Me alegro de que te haya gustado lo que he escrito.
Y a todos los demás, como siempre ¡¡¡graciassssss!!!

Lo de escribir de la REvolución es que no me sale, no sé cómo...es un tema demasiado importante como para hacer un mal post, no sé...sigo pensando...

 
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